En más de alguna ocasión nos hemos hecho esta pregunta, en períodos en que nuestra carga se ha vuelto más pesada de lo que podemos soportar.

¿ Cuándo acudir al Psicólogo ? Señales a tener en cuenta

Generalmente cuando enfrentamos dificultades de diversa índole tratamos de combatirlas con las herramientas que poseemos. Sin embargo, nuestros recursos no siempre son suficientes para resolver lo que nos aqueja y así poder continuar.

Si hace un tiempo que te sientes mal con tu trabajo, con tu pareja o como estás encaminando tu vida, tratas de ignorarlo y a pesar de eso te sientes frustrado. Irritable o de bajo ánimo, tal vez sea señal de que algo no anda bien.

Si tienes miedo, o estás cansado de tener pensamientos negativos que se repiten una y otra vez, te sientes desconectado, distraído, nervioso, estancado o confundido y te cuesta hacer que tus esfuerzos funcionen, probablemente te esté afectando a ti y a las personas que te rodean. Incluso puede que alguna de ellas ya te lo haya hecho notar. Entonces es que llegó el momento de buscar ayuda.

¿Qué cosas aprenderás en una terapia?

En una terapia aprenderás nuevas estrategias que te permitirán lidiar con tu entorno de una manera más eficaz. Y podrás desarrollar un mayor manejo para que en el futuro puedas resolver situaciones complejas por ti mismo.

Tomar la decisión de comenzar una terapia te hace ser una persona responsable que toma las riendas de su vida, no eres débil, no perdiste la cabeza por buscar a un profesional, todo lo contrario, te vuelve alguien consecuente, y el actor de su propia vida. No siempre podemos solos con todo, o lo sabemos todo.

Hacernos conscientes de lo que nos ocurre internamente es el primer paso para empezar a generar un cambio. El segundo es iniciar este proceso de autoconocimiento y sanación junto a alguien que cuenta con la formación adecuada para acompañarte y guiarte en este progreso al crecimiento interior, con la voluntad e intención de recuperar tu bienestar.

No existe una respuesta única a la interrogante de cuándo es el momento preciso para recurrir a un terapeuta. Sólo nosotros sabemos que el malestar es tal, que necesitamos de ayuda para recobrar nuestra calidad de vida.

Así que ya sabes, si te sientes identificado o te hace sentido lo que acabas de leer, no lo pienses dos veces y decídete a intentarlo.